martes, 21 de junio de 2011

Los antecedentes pictóricos homoeróticos 2





Al igual que en el arte turco del S. XIX que denotan la copulación entre hombres (fig. 8). En la India se han encontrado obras donde se descubren relaciones bisexuales (fig. 7). Incluso en las culturas prehispánicas también se manifestaron escenas homoeróticas, como en el caso de los mayas (fig. 9). Otra cultura que es un hito entre el imaginario homosexual por las representaciones homoeróticas es la Grecia Antigua, cuyos artistas también representaron en la cerámica imágenes homoeróticas (fig. 10).


Todas estas referencias gráficas demuestran que George Quaintance no fue el pionero en las representaciones artísticas y pictóricas homoeróticas, sino que existieron antecedentes en otros contextos geográficos, históricos y culturales que también expresaron mediante las herramientas gráficas imágenes de contacto sexual entre hombres, así como el cuerpo masculino desprovisto de cualquier prenda.
Quiero hacer énfasis en que son sumamente importantes estas menciones, porque resulta curioso y a la vez cuestionable las críticas que se han dado en relación a obras como las de Nahúm Zenil, quien también trabaja representaciones explícitas del pene, pero han sido consideradas por críticos de arte como pornográficas, ofensivas, obscenas, obsesivas, repugnantes, entre distintas posturas que han cuestionado este tipo de expresiones estéticas.

Al parecer algunos intelectuales que escriben acerca del arte contemporáneo, específicamente del siglo XX, han olvidado o invisibilizando el erotismo o bien la “pornografía” del arte antiguo. Otros ejemplos son la Venus de Willendorf o las figuras referentes al culto fálico, incluyendo el clásico arte griego, en el que sin ser necesario mencionar referentes específicos, se vinculan desde el imaginario social las variadas representaciones de desnudos tanto de hombres como mujeres, por lo que resultan cuestionables las categorías estéticas entre lo “pornográfico” y “lo erótico”. Bajo esta premisa intentaré analizar la obra de Quaintance en la cual por alguna razón, a pesar de trabajar con el desnudo masculino, en ninguna obra no hace una representación explícita del pene.

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