martes, 21 de junio de 2011

Iconografía de la obra de George Quaintance


En la obra de Quaintance se manifiestan representaciones persistentes y contextos comunes. La primera constante son los cuerpos de hombres jóvenes con prominente musculatura. Todos cumplen con el patrón de ser morenos o de piel apiñonada, cabello oscuro, altos y con ojos oscuros. Existen también pinturas en las que pinta hombres blancos que son autorretratos de Quaintance, donde él mismo se toma como referente y modelo; rubio, alto, ojos azules, cuerpo musculoso y de piel clara, evidenciando un fuerte narcicismo en sus obras.

En el terreno de los objetos son comunes; las botas, sombreros vaqueros, zarapes, textiles apaches, guitarras, rifles, pistolas, espadas, botellas con alguna bebida alcohólica y pantalones de mezclilla o vaqueros entallados los cuales en sus pliegues dan volumen simulando la erección del pene. Estos elementos se encuentran vinculados al imaginario de la vida rural de las demarcaciones del sur de Estados Unidos y el norte de México.

Las escenas están contextualizadas en cuatro tipos de lugares: sitios relacionados con la tauromaquia, el interior de fincas o haciendas, el exterior de ranchos o escenas relacionadas con agua (mar, río, termas, baños públicos, cascadas, etcétera). Todas sus obras están envueltas en un ambiente y paisaje rural, predominantemente desértico o evocando la mitología grecorromana. Otro elemento pictórico recurrente es el caballo. Cabe señalar que hay desnudos completos, otros en los cuales sólo se conserva el pantalón y algunos pocos en que la ropa es sumamente entallada, señalando las líneas y relieves del cuerpo masculino.

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